A diferencia de los públicos, estos centros privados conservan la sangre de los hijos para su uso exclusivo y de sus parientes.
Por otro lado, estos bancos cobran por la extracción de la sangre y, normalmente, un cargo anual por su conservación.
Ya que algunos galenos pueden tener intereses económicos de por medio, hay países donde las leyes regulan los servicios prestados por parte de estas entidades.
Por ejemplo, en España, estos centros tienen la obligación de registrar las muestras almacenadas en la Red de Donantes de Médula Ósea (REDMO) de este país.