Es un conjunto de seis proteínas ubicadas en la superficie de nuestras células (tres son de la madre y las restantes del padre), y son las encargadas de determinar la “identidad inmunitaria” de las mismas.
Asimismo, la posibilidad de que dos personas no emparentadas posean un complejo HLA idéntico es inferior al 0,01%. Por lo tanto, si el sistema inmunitario encuentra células circulando en nuestro organismo con un HLA disímil al suyo, trata de eliminarlas y origina así el rechazo de un trasplante.
Para que no suceda este rechazo se debe tomar medicamentos inmunosupresores, que disminuyen la respuesta de nuestro sistema inmunitario.