El resguardo que debe contener la muestra de SCU debe estar diseñado para soportar posibles choques e imprevistos que se susciten durante el trayecto al laboratorio. Por ello, el embalaje debe estar estructurado de tres componentes:
- Recipiente primario (bolsa de sangre de cordón).
- Embalaje secundario (bolsa de plástico resistente).
Así, el primario debe ser colocado en embalajes secundarios de tal forma que, de haber inconvenientes en su traslado, no pueda romperse, pincharse o filtrar el líquido dentro del embalaje secundario.
Por otro lado, los secundarios deben ir dentro de los embalajes exteriores, aunque con la interposición de relleno propicio. Es por ello que de haber filtración del contenido no debe arriesgar la integridad del material de acolchado o del resguardo exterior.