A las células madre embrionarias, estando dentro de un laboratorio, se les extrae su masa interna para ser llevada a un plato especial, que contiene un caldo nutriente llamado medio de cultivo con el que se espera su crecimiento.

Luego, las células se extienden y separan dentro del plato, ya que la superficie de este elemento está cubierta de células madre embrionarias de ratones (capa del alimentador), que sirve para que las embrionarias humanas tengan un suelo pegajoso donde unirse.

Pasados varios días, estás células madre embrionarias obtenidas de la masa interna empiezan a apretarse en el plato de cultivo, lo que significa que los encargados de las mismas deben llevarlas, de manera delicada, a otros recipientes de cultivo frescos. Todo este proceso de crecimiento, además, debe repetirse varias veces y durante mucho tiempo (creación de subcultivo).