Las diversas investigaciones científicas referentes al uso de células madre ofrecen diversas alternativas médicas a las personas que padecen daños en la piel.
Por ejemplo, ahora es posible que los científicos puedan producir piel nueva por medio de cabellos de la cabeza del paciente. Esto debido a que las células madre de la piel (queratinocitos) se establecen en los folículos del cabello y pueden removerse al arrancar el pelo desde su raíz.
Pueden cultivarse para formar una piel equivalente al de las pacientes y ofrecer tejido para injertos propios, y así eliminar problemas de rechazo. Sin embargo, en la actualidad académica esta técnica se analiza en diversas clínicas como opción a los injertos quirúrgicos usados en casos de úlceras venosas y quemaduras.